domingo, 31 de julio de 2022

EN MANOS DEL ALFARERO

 





 

“Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?

¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? /

¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro,

para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?”

Romanos 9:20,21

 

 

M

as antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?

Dios es Todopoderoso y Soberano. Él es el Dueño del universo, el Señor de la creación y hace como Él quiere. Él da la vida y quita la vida; autoriza o rechaza circunstancias en el planeta y los seres humanos. Todo está bajo Su mirada y Su voluntad; nada de lo que sucede en la creación escapa a Su arbitrio. Él es el Dios Santo y Único que decide los destinos de Su obra. No pensemos que algo podemos hacer nosotros por nosotros mismos pues Él es el Absoluto Gobernante del mundo. 

Aún cuando esté gran parte de la sociedad fuera de Su Reino; aún cuando el diablo sea príncipe en este mundo, Dios es mayor que todos, es el Rey Soberano. Por lo tanto, no tenemos derecho a reclamar, enfrentar, criticar o pedir razones al Todopoderoso de Sus acciones. No podemos criticarlo si ha establecido que quien no crea en Su Hijo y no reconozca Su sacrificio en la cruz será condenado; no podemos corregirlo porque ha creado un Infierno para castigo de los incrédulos y malvados; no tenemos derecho a cambiar el Evangelio anunciado por Jesucristo para hacerlo más agradable y liviano al oyente; en fin, no podemos discutir sobre Sus determinaciones y Palabras escritas en la Biblia. 

¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?

Uno es el artífice del vaso y otro el objeto fabricado; uno es el creador y otro el creado. Jamás una cosa reclamará a su fabricante por qué lo hizo como lo fabricó, por qué no lo hizo diferente y a su agrado. Ni siquiera los hijos pueden reclamar a los padres por su apariencia física o capacidades, pues hemos sido fruto del plan Divino y los papás no son creadores de sus hijos sino sólo progenitores. El cuadro no reclama al pintor ni la canción al autor ni el poema al poeta. Todos los creados debemos someternos al creador. Igualmente, los seres humanos no podemos altercar con Dios y reclamarle por qué nos hizo así y por qué nos destinó a determinado tipo de vida. 

Dios nos ha dado a todos los seres humanos ciertos talentos, unas capacidades naturales para desarrollar en la vida. Estas determinan nuestro oficio o profesión en este mundo y podrán ser fuente de satisfacción para nosotros y nuestra familia. También determinó Dios un cuerpo para cada uno, el que puede tener características que no deseaban nuestros padres: “10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. / 11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? / 12 Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.” (Éxodo 4:10-12) 

Además, Dios nos ha hecho nacer y vivir en determinada época de la Historia humana, algo que nosotros no determinamos, como tampoco el país y el tipo de sociedad. Algunos nacen en el oriente, otros en países desarrollados y otros en naciones muy pobres. No está en nuestras manos decidir donde nacer, vivir y morir. Y si logramos cambiar nuestro destino es sólo porque era la voluntad del Señor de la Historia. 

Nos agrada pensar que Dios ama a todos los seres humanos por igual, quiere lo mejor para cada uno y dará a todos la salvación eterna, pero no es así. Él conoce nuestra naturaleza, sabe lo que hay en cada corazón desde antes que naciéramos y si bien es cierto que quiere que todos le conozcan, sean salvos de la eterna condenación y le obedezcan, sabe que no todos tendrán la salvación. Por ello hizo una elección de acuerdo a Su justa voluntad escogiendo a unos para bendición: “3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, / 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, / 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1:3-5) 

¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro,

El barro es el elemento blando con el cual un alfarero modela los objetos que luego serán de utilidad en la mesa, el salón, el jardín o la bodega. La forma y el destino de cada pieza es determinada por el alfarero y no por el barro; este último sólo se dispone y doblega al tratamiento del artífice: “20 Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. / 21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” (2 Timoteo 2:20,21) 

Dios, Alfarero del ser humano, nuestro Creador y Señor, nos modela como quiere y destina para la función que Él determine. ¿Acaso no puede Dios decidir sobre nuestra existencia y “hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?” 

Muchas situaciones pasamos en el transcurso de esta vida, experiencias de todo tipo, las que calificamos de buenas o malas, felices o tristes, convenientes o desfavorables, pero en verdad no debiéramos calificarlas porque sólo Dios sabe el propósito de ellas. Un trance que consideramos lamentable y hasta trágico puede tener consecuencias insospechadamente positivas como también tiempos de gran éxito ser fuente de mucho sinsabor. Dejemos la vida en manos del Señor de la Vida, hagámonos barro en Sus manos dejándonos modelar por Él y que sea Jesucristo quien dirija nuestros pasos y determine nuestro destino. 

Oración: Señor Dios Creador de todas las cosas, te damos gracias por habernos escogido para modelarnos como barro en manos del alfarero. Te entregamos la vida y nos sometemos a Tu voluntad. Aquí están los recursos que Tú mismo nos has dado, templo, talentos, tesoro y tiempo, para que nos gobiernes y conduzcas por el sendero que Tú determines sea el mejor para los altos propósitos de Tu Reino. Amén. 

 

© Pastor Iván Tapia

pastorivantapia1983@gmail.com

 


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