domingo, 9 de septiembre de 2012

UN TE DEUM PARA DIOS


El Señor Jesucristo, Señor de la Historia, ha instado por medio de Su Espíritu Santo, hace algunos siglos, esta acción eclesial que se ha dado en llamar “Te Deum”. No han sido pocas las controversias y dificultades que ha suscitado esta noble y cristiana actividad, dada la sensibilidad de la multiforme condición de la Iglesia cristiana o iglesias.

¿QUÉ ES UN TE DEUM?

“Te Deum” es una expresión en latín que significa ‘A ti, Dios’. Estas son las primeras palabras de uno de los primeros himnos cristianos tradicional de acción de gracias. Sus orígenes se remontan al siglo IV, como una Canto de Acción de Gracias a Dios.

Chile es uno de los pocos países en el mundo que mantiene esta tradición. En América sólo se realizan celebraciones similares en Perú y Argentina. En Chile, se celebra desde 1811 cuando José Miguel Carrera pidió su realización para conmemorar el primer año de la Junta Nacional de Gobierno. En un principio se realizaba luego de la misa católico-romana y sólo desde 1870 se celebra sin la eucaristía. Pero no es sino hasta 1970 en que toma el carácter de "ecuménico", es decir en la que participan todas las iglesias cristianas y no solamente la católica.

Además del Te Deum Ecuménico realizado en la Catedral Metropolitana de Santiago se realiza, el domingo inmediatamente anterior al 18 de septiembre de cada año, el denominado Te Deum Evangélico, al que también asisten las principales autoridades del país e invitados de otras confesiones religiosas. Fue instaurado en 1975.

El Te Deum Evangélico se ha celebrado desde sus inicios en la Catedral Evangélica de Chile, en Santiago, principal templo de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, salvo en el año 2000, cuando se efectuó en Curicó, Región del Maule.

El Te Deum Evangélico es celebrado en otras ciudades de Chile el domingo previo a las Fiestas Patrias.
 
El “Te Deum Evangélico” es un Culto de Acción de Gracias a Dios.
 

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

He aquí algunos textos que pueden ser de utilidad para dar una base y respaldo bíblico al Te Deum.

1) Es bueno y agradable a Dios que la Iglesia ore con acciones de gracias por todos los hombres: “1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; / 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. / 3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, / 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” (1 Timoteo 2:1-4)

2) Insta a los cristianos a orar en unidad, en paz, en fraternidad: “8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.” (1 Timoteo 2:8)

3) Recomienda tranquilidad y confianza en Dios, dirigiendo a Él peticiones y acciones de gracias: “6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. / 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7)

4) Debemos servir a Dios con gratitud: “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.” (Hebreos 12:28)

 5) Invita a los pueblos a bendecir y alabar a Dios: 8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, / Y haced oír la voz de su alabanza.” (Salmos 66:8

 6) La Palabra de Dios nos mueve a proclamar la gloria de Dios entre las naciones y nos regala este precioso salmo que bien podríamos cantar en nuestro “Te Deum”:
 
“1 Cantad a Jehová cántico nuevo;
Cantad a Jehová, toda la tierra.
2 Cantad a Jehová, bendecid su nombre;
Anunciad de día en día su salvación.
3 Proclamad entre las naciones su gloria,
En todos los pueblos sus maravillas.
4 Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Temible sobre todos los dioses.
5 Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos;
Pero Jehová hizo los cielos.
6 Alabanza y magnificencia delante de él;
Poder y gloria en su santuario.

 
7 Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos,
Dad a Jehová la gloria y el poder.
8 Dad a Jehová la honra debida a su nombre;
Traed ofrendas, y venid a sus atrios.
9 Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad;
Temed delante de él, toda la tierra.

 
10 Decid entre las naciones: Jehová reina.
También afirmó el mundo, no será conmovido;
Juzgará a los pueblos en justicia.
11 Alégrense los cielos, y gócese la tierra;
Brame el mar y su plenitud.
12 Regocíjese el campo, y todo lo que en él está;
Entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento,
13 Delante de Jehová que vino;
Porque vino a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia,
Y a los pueblos con su verdad.”
(Salmos 96)

CONCLUSIÓN.

A través de la Historia del Cristianismo, el Espíritu Santo ha desarrollado una acción eclesial con marcado carácter unitario, interdenominacional o ecuménico, y con el propósito de dar gracias a Dios por Sus beneficios a la patria. Es tradición invitar a este evento religioso llamado Te Deum, a las autoridades seculares y eclesiales y proclamar el Evangelio, acorde con el mandato de “Proclamad entre las naciones su gloria” (Salmos 96:3).

Tal acción es beneficiosa y necesaria para el desarrollo espiritual de la sociedad y para la paz y unidad social y de la Iglesia. Esta hermosa forma de culto, sea en Fiestas Patrias o en el Día de la Iglesia Evangélica, pone en relevancia su principal Destinatario: Nuestro Señor Jesucristo.


Pastor Iván Tapia Contardo

 
Valparaíso, domingo, 09 de septiembre de 2012.