“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde,
Mas al altivo mira de lejos.”
Salmos
138:6
E |
xcelso es una virtud o cualidad, o sea un adjetivo, y significa que existe en su máximo grado. Dios es excelso en sabiduría, amor, bondad, en fin, en todo lo positivo. Como el texto es poético, un salmo de alabanza al Señor, lo adora diciéndole que es excelso. Es bueno meditar en cada característica de Dios: inteligencia, moralidad, espíritu, perfección, infinito, conocimiento, poder, santidad, justicia, amor, etc. Y por cierto alabarlo y adorarlo por esas cualidades.
Como criaturas de un Dios Todopoderoso, creados por Él, debemos someternos a Su voluntad con humildad. Es lo que espera Dios de nosotros. El cristiano humilde no hace ostentación de sus virtudes. La humildad es un valor contrario a la soberbia y es fundamental para convivir armoniosamente en sociedad. Las personas humildes:
a)
Actúan con sencillez sin hacer ostentación de cualidades,
éxitos, dinero ni nada que posea. “3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos,
de adornos de oro o de vestidos lujosos, / 4 sino el interno, el del corazón,
en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande
estima delante de Dios.”
(1 Pedro 3:3,4)
b)
No tienen complejo de superioridad, mas bien
consideran a los demás como superiores. “Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo” (Filipenses 2:3)
c)
Respetan a los demás. “Unánimes entre vosotros; no altivos,
sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.” (Romanos
12:16)
d)
Se someten al Señor y a las autoridades. “Humillaos
delante del Señor, y él os exaltará.” (Santiago 4:10)
e)
Están dispuestos a servir. “Entonces él se sentó y llamó a los doce,
y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el
servidor de todos.” (San Marcos 9:35)
f) No comentan lo que dan. “2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. / 3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha” (San Mateo 6:2,3)
La altivez es un sentimiento de superioridad frente a los demás que provoca un trato distante o despreciativo hacia ellos. Es la persona orgullosa y soberbia. El soberbio piensa que siempre está en lo cierto, que sus ideas son las únicas válidas y si alguien opina distinto, piensa que está equivocado. No escucha a los demás y con dificultad integra otra idea a sus pensamientos. El altivo es:
a)
altanero, se cree superior a los demás.
b)
arrogante, trata con desprecio a los demás.
c)
despreciativo, actúa con desprecio.
d)
orgulloso, tiene un excesivo aprecio de si mismo y se
cree superior.
e)
soberbio, se cree superior a otros.
f) despectivo, muestra desprecio o indiferencia.
A Dios no le agradan estas actitudes un tanto ridículas frente a la grandeza de Dios. Él resiste a los soberbios: “… Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” (Santiago 4:6)
El
Señor nos ayude a reconocer estas malas actitudes en nosotros, superarlas y
evitarlas en nuestro corazón, pensando que Él es el Único que merece todo honor
y, sin embargo, es humilde, capaz de despojarse de Su condición de Dios y
hacerse humano, inferior entre nosotros:
“5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, / 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, / 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; / 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:5-8)
Oración:
Padre, te damos gracias por Tu Palabra que nos recuerda tu condición excelsa y
cuánto deploras la soberbia humana. Perdónanos cuando actuamos con altivez. Quita
de nosotros todo pensamiento y actitud orgullosa; corrige por medio del trato
de Tu Espíritu toda soberbia y haznos cristianos auténticamente humildes. Te lo
pedimos en el nombre de Jesús, quien se anonadó a sí mismo por amor a nosotros.
Amén.
© Pastor Iván Tapia
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