jueves, 14 de noviembre de 2019

DISCURSO DE GRADUACIÓN SEMINARIO DE LA GRACIA.

GRADUACIÓN SEGUNDA PROMOCIÓN.
2009-2011




Amados misioneros y representantes de la Misión Internacional de la Gracia, profesores, hermanos seminaristas, queridas familias que nos acompañan:

Para quienes nos graduamos esta mañana y para todos los que participaron en nuestro proceso de capacitación ministerial, es sin duda un día emocionante.

Agradecemos en primer lugar a Dios por habernos brindado esta maravillosa oportunidad de desarrollo espiritual y mejor preparación para el servicio de la Iglesia.

La generosidad y valentía de la Misión Internacional de la Gracia y su fundador el Pastor David Kim, moderno apóstol de Jesucristo, han hecho posible que la fe del Evangelio alcance a las naciones más apartadas de la Tierra, siendo Chile una de ellas.

Agradecemos la amorosa entrega de los Misioneros Michael Kwak y su esposa Verónica, quienes a riesgo aún de su salud, no se detuvieron en la misión evangelizadora y permanecieron con su familia, hasta establecer el Seminario y la Iglesia de la Gracia en nuestro país.

Tampoco podemos dejar de agradecer a nuestros queridos Profesores, por su cariño, dedicación y esfuerzo al viajar desde los Estados Unidos y otros lugares del planeta, con el fin de impartirnos los tesoros del Evangelio. Jamás olvidaremos las hermosas personas que nos compartieron sus conocimientos, traspasando las barreras del idioma y la cultura con el amor de Jesús: los maestros y maestras Sangsoom Kim, Bonchul Koo, Yoo Bong Joe, Ida Kim, Jorge Goldstein, Young Sun Kim, Joel Park, Rosana Támola, John Kim, además de Michael y Verónica Kwak y el propio Pastor Kim.

Igualmente sentimos una profunda gratitud para con nuestros maestros chilenos, que con paciencia y sabiduría nos transmitieron sus conocimientos y experiencias. Nos referimos a los obispos Juan Díaz y  Emiliano Soto, y a los pastores Roberto Medina y Pedro Carvajal, quienes,  junto a sus esposas, además forman parte del equipo técnico y administrativo del Seminario. Vaya nuestro reconocimiento a ellos y hacia quienes les acompañan, una larga lista de personas comprometidas con la causa de Jesucristo.

Damos gracias, por último, a todos nuestros compañeros pastores y líderes, y a nuestras congregaciones, que tuvieron la comprensión y paciencia, para darnos la tranquilidad de poder dedicar parte del tiempo ministerial a nuestros estudios.

Amados hermanos:
En este mismo lugar, hace ya tres años, mi esposa y yo vivimos el encuentro espiritual AFA y fuimos impactados por el ministerio de nuestros hermanos coreanos. Habíamos leído acerca de la iglesia en Corea y sus revolucionarios métodos y ahora teníamos la oportunidad de aprenderlos de primera mano. Al emprender este desafío jamás imaginamos las beneficiosas consecuencias que esa decisión tendría para nuestra vida pastoral como para la Iglesia.

Me llaman profundamente la atención aquellas palabras de Jesús en que compara el Reino con “un mercader que busca buenas perlas”. Dice “que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.” Mateo 13:45,46

Ustedes, pastores y líderes que han perseverado en este Seminario, hasta alcanzar el fin de sus estudios, son como buscadores de perlas. El conocimiento y la experiencia de Jesucristo es la mejor Perla que una persona puede hallar. Sin embargo cada uno debe transformarse en esa bella perla que es Jesús. Como el grano de arena que entra en la ostra se recubre de nácar y termina transformado en una hermosa y gran perla, asimismo ha sucedido con cada seminarista. Las diversas circunstancias que nos correspondió vivir y las disciplinas espirituales del programa, como levantarnos de madrugada a orar, cambiar ciertas actitudes, comprometernos económicamente, obedecer, estudiar, servir  a nuestros hermanos con humildad,  fueron el grano de arena que el Espíritu Santo utilizó para transformarnos en valiosas perlas recubiertos de Sus virtudes.

Amados hermanos y hermanas, el Evangelio es Cristo vivo en nosotros. Cada uno de los graduados  diga sí al Señor de la mies. Ahora sólo nos resta la tarea de aplicar lo que se nos ha enseñado y anunciar a otros el Evangelio de la Gracia de Dios y hacer de ellos bellas y santas perlas que un día podremos exhibir como galardón en nuestras coronas. Que el Señor les ayude y les bendiga.


Discurso pronunciado por el Pastor Iván Tapia Contardo, durante la Ceremonia de Graduación de la Segunda Promoción del Seminario de la Gracia, en Angostura de Paine, Chile, el día 7 de octubre de 2011.



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