miércoles, 6 de septiembre de 2017

CÓMO ALCANZAR UNA VIDA VIRTUOSA.

 


“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Romanos 12:2

 

C
uando la Palabra habla de conformarse, aquí se refiere a tomar la forma o amoldarse a este mundo y sus falsos valores. Por supuesto que hay algunas cosas que andan bien, pero hay todo un sistema que propicia el materialismo, la mentira, la sensualidad, la corrupción... Es aquello a lo que no debemos rendirnos, “conformarnos”.  

Transformación es lo que aconseja el Señor, que se produzca una metamorfosis, un cambio profundo. No tan sólo un cambio de palabras y costumbres, sino un cambio de ideas, de mentalidad, de enfoque de la vida. Jesús impulsa un cambio de valores; quiere producir una vida virtuosa.  

Esa transformación sólo es posible por medio de la renovación de la mente o entendimiento. Necesitamos comprender la vida ya no desde la lógica de la competencia, de la búsqueda del éxito, del poder, del dinero o del placer, sino desde una nueva perspectiva, la de la fe en Dios, el amor a Él y a todo lo creado, la esperanza de un mundo mejor y con una conciencia en paz. 

Cuando Cristo renueva la mente de la persona, comienzan a observarse cambios en ella, en su vida, en su modo de pensar, sentir, hablar y actuar. Recién en ese momento se puede comprobar la voluntad de Dios. Mientras no vivamos esta experiencia no podemos decir que conocemos la voluntad del Señor, pues para Él conocer es experimentar.
 
 
 
 

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