miércoles, 13 de abril de 2011

NO DEBAIS NADA A NADIE. PARTE II

PALABRA VIVA
Un mensaje del pastor
Nº 1 – Parte II

“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra./ No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley” Romanos 13:7,8

Alguien podrá decir que hay que aplicar fe y confiar en que el Señor nos dará los recursos para pagar la deuda, pero eso es dar vuelta las cosas y pensar de un modo contrario a la Verdad. La verdadera fe está en confiar que el Señor nos dará los recursos necesarios para vivir, que podremos satisfacer las necesidades básicas y aún apartar algo para ahorro, lo cual nos permitirá adquirir aquel artículo que deseamos comprar. Así podremos poner por obra esta sencilla Palabra de Dios: No debáis a nadie nada.

Pero hay algo más que debemos considerar para que en nuestra economía disfrutemos de tranquilidad y felicidad. Curioso que esta última palabra se inicie con la sílaba “fe” y finalice con “dad”. Porque la fe es la base de nuestra relación con Dios y el dar generosamente la clave de la prosperidad. Tenemos una deuda con Él, a quien pertenecen todas las cosas que llamamos nuestras: casa, vestuario, alimentos, dinero. El tributo que Él nos exige como reconocimiento de Su Soberanía sobre nuestras vidas es tan sólo de un 10% y ¡cuántas veces le negamos a Él ese derecho robándole Su diezmo! No debáis a nadie nada. Si estamos endeudados con casas comerciales, con amigos o familia y hasta con el Señor ¿cómo esperamos progresar y vivir en paz? No culpemos a Dios ni al gobierno, no responsabilicemos a otros de nuestro desorden, sino que asumamos que hemos desobedecido a un principio fundamental de mayordomía y sencillamente estamos cosechando el fruto de nuestro pecado. No endeudarse y pagar nuestras deudas es un modo de vivir el amor a Dios, al prójimo y a nosotros mismos.

viernes, 8 de abril de 2011

NO DEBAIS NADA A NADIE. PARTE I


PALABRA VIVA

Un mensaje del pastor

Nº 1 – Parte I


“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra./ No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”


Romanos 13:7,8 Es frecuente en la actualidad que las personas comprometan el dinero que aún no tienen, con casas comerciales que, con gran despliegue de publicidad, tientan a los clientes para comprar a plazo todo tipo de productos y aún más, a obtener lo que llaman “avances” de dinero, actuando como banqueros o prestamistas. No pocos caen en la tentación y se endeudan por meses y años. Estas facilidades para comprar, ideadas por hábiles comerciantes, llevan a las personas a descontrolarse en compromisos desmedidos que muchas veces no pueden cumplir y deben renegociar deudas, deslizándose con el tiempo por una pendiente de ruina, desesperación y pobreza. Ha sido como una maligna trampa que los condujo a una lamentable situación financiera.


El problema económico no se limita a los aspectos materiales de comida, vestuario o vivienda, sino que repercute en todas las relaciones familiares y matrimoniales, en el estado de ánimo personal y en la dinámica del hogar. No pocas veces es causa de cárcel o divorcio. Si tan sólo hubieran ahorrado y esperado reunir el dinero necesario para esa compra, habrían evitado tanto dolor. Si hubiesen puesto en práctica el consejo de Dios: No debáis a nadie nada, no se habría desencadenado el proceso negativo que se inicia cuando adquiero un compromiso basado en dinero que aún no dispongo.