lunes, 15 de agosto de 2022

DIOS TRANSFORMA LAS VIDAS

 




 De modo que si alguno está en Cristo,

nueva criatura es;

las cosas viejas pasaron;

he aquí todas son hechas nuevas.

2 Corintios 5:17 

 

S

i usted ha entregado su vida a Jesucristo es una criatura nueva. Ya no vive más en su viejo hombre o vieja mujer. Desde el momento en que entregamos la vida a Jesús comienza a operarse en nosotros una transformación. Primero Dios quita de la conciencia toda culpa y pone un corazón nuevo dentro de usted, como dice el profeta: 

“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. / Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.(Ezequiel 36:26,27) 

Si uno está en Cristo es una persona nueva con un corazón y un espíritu nuevos. El Señor le perdona sus pecados y quita de su conciencia toda culpa. En verdad todo esto es simultáneo. Dios perdona sus pecados si usted se arrepiente; Él limpia su conciencia de culpa y pone en su interior el Espíritu Santo: 

“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. / Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.(Joel 2:28,29 

El Espíritu comienza a realizar una transformación, un cambio de mente, un cambio de corazón, un cambio de intención o propósito. Antes las intenciones de su corazón eran solamente hacer lo que la carne le pedía, lo que sus emociones y sus pensamientos le llevaban a realizar; no estaba allí presente Dios pues usted no lo tenía en cuenta, pero ahora usted está en Cristo y piensa: 

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.(Gálatas 2:20) 

Ahora es Cristo quien gobierna su vida. Entonces Cristo comienza a ser su Señor, a dirigir sus pasos y a transformarle en alguien nuevo. Todo lo antiguo quedó en el pasado, ese modo de pensar, esa manera de sentir, de enfocar la vida, esas culpas, esas cargas, esos traumas, esos complejos. Todo aquello quedó en el pasado y si en algún momento tiende a reaparecer usted debe abandonarlo y sanarse. Es Dios el que produce esa sanidad, esa limpieza en el hombre interior. 

La voluntad del Señor es transformar su vida y la conversión consiste en ese cambio de vida; no cambia su vida externa solamente sino también su vida interna. Mas para que cambie su vida interna o sea su forma de pensar y sentir, su forma de ver la vida, sus valores, sus principios, sus intenciones, en fin, su voluntad, es necesario que cambie su naturaleza. Quien hace eso es Dios en Cristo pues el viejo hombre y la vieja mujer mueren en la cruz; es crucificado el viejo ser juntamente con Cristo. Estamos muertos con Cristo en la cruz y resucitamos con Él a una nueva vida. Dios es el que produce el cambio, Él salva su vida, Él sana su vida, Él renueva su mente y transforma su ser. Dios salva su alma de la condenación eterna. Dios sana su alma de toda enfermedad espiritual, de todo trauma, complejo y herida. Dios renueva su mente con un modo nuevo de pensar y de enfocar las cosas. Dios, en definitiva, transforma su vida completamente. 

Ahora ya no es el viejo hombre sino un hombre nuevo. En las aguas del bautismo usted representa ese cambio, testifica que ya no vive más usted, sino que de ahora en adelante Cristo vive en usted. Pero es durante toda su vida que tiene que demostrarse esa decisión porque esto es un proceso. La conversión, si bien es cierto ocurre un día determinado, también es un proceso que ocurre durante toda su vida. Cada día usted estará convirtiéndose a Cristo, sanando su alma, renovando su mente y transformándose para llegar a ser como Jesús, así como lo declara la Escritura: 

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” (Romanos 8:29) 

Oración: Señor, te damos gracias por Tu palabra que nos enseña Tu voluntad de transformar nuestras vidas. Gracias por habernos hecho nuevas criaturas. Permite que cada día te entreguemos nuestra vida y podamos cambiar el modo de pensar y sentir, poniendo nuestros miembros a Tu disposición conforme a Tu voluntad y no de acuerdo al viejo hombre que hemos dejado atrás. Queremos andar en novedad de vida, en Cristo. Perdónanos cuando reaparecen en nosotros esas conductas antiguas que no se condicen con el Evangelio. Limpia una vez más nuestras conciencias, sánanos de toda atadura, renueva nuestras mentes y transforma nuestras vidas. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, quien dio Su vida por nuestra salvación. Amén. 

 

© Pastor Iván Tapia

pastorivantapia1983@gmail.com


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